Probablemente hayas oído hablar del vudú, una de las religiones más antiguas en activo. Se caracteriza porque en el vudú los rituales son auténticos actos sociales en aquellas comunidades en las que aún se profesa.
Los orígenes del vudú
Nació en África Occidental y es una religión animista, por lo que cree en la existencia de seres divinos y espíritus. Por su antigüedad, ha sido el origen de otras muchas religiones y se ha extendido a otras muchas regiones del mundo.
Esto se debe a que era la religión de los esclavos que fueron llevados al continente americano y a las islas que estaban bajo el control de los colonizadores europeos. Puedes ver que está en activo en Togo y Benín, y es muy popular en Haití.
En otras regiones terminó fusionándose con ritos locales e incluso el cristianismo, dando lugar a la santería, el Candombié o la Quimbanda, habituales en Puerto Rico, República Dominicana, Brasil y otras regiones de Latinoamérica. Se calcula que practican el vudú con rituales más de 20 millones de personas en todo el mundo.
Tiene un fuerte arraigo con la naturaleza y el tribalismo, por lo que es más fácil que lo encuentres en comunidades pequeñas y rurales en lugar de en grandes ciudades. Es precisamente por su cercanía al tribalismo que las danzas, los sacrificios y la búsqueda del trance para entrar en contacto con las deidades forman parte del corpus de estos ritos en todo el mundo.
Los valores de los vuduístas siempre están orientados al cuidado de la comunidad, el respeto, la generosidad, el buen trato de la tierra y los cultivos, así como el honor y la solidaridad. Se evocan en ambientes festivos y afables, pero el vudú también se acerca a la magia negra con determinados ritos.
¿En qué consisten la religión y los rituales?
Pero tu conocimiento sobre esta religión puede que esté centrado en la figura del bokor, el sacerdote que emplea técnicas de magia negra, al acercarse a aquellas deidades consideradas próximas a la muerte, el infortunio y la violencia. Probablemente, lo que más te sonará serán los muñecos simpáticos, pero abarca un amplio abanico de ritos de entre los que destaca el despertar de los muertos vivientes, o zombis.
Los zombis del vuduísmo son exactamente como te han enseñado en los productos de la cultura pop, y tienen una presencia mayor en Haití, pasando a ser esclavos de aquel que los invoca o de terceras personas que solicitaron la realización del rito.
Se han relacionado esporas, toxinas y otros elementos que permitieran explicar cómo puede volver alguien a la vida, con gran parte de sus capacidades psíquicas mermadas y con una clara sumisión hacia otros individuos. Si temes que un familiar pueda ser traído de nuevo a la vida, la costumbre más extendida es cortarle la cabeza antes de enterrarlo.
Los anteriormente mencionados muñecos vudú tienen un uso maligno únicamente en algunas de las variaciones y fusiones de esta religión con otras, como es el caso del hoodoo, extendido en el sur de Estados Unidos. En las regiones africanas en las que aparecen estas pequeñas figuras, que no siempre tienen aspecto humano, su principal función es la de atraer buena fortuna y proteger el hogar.
Puedes conocerlos bajo el nombre de pwen, y también son comunes en cementerios, como un vínculo de unión entre lo terrenal y lo espiritual.
Aunque te parezca cosa de otro tiempo, el sacrificio animal es considerado una forma de agradecimiento a los dioses, ofreciendo su sangre como tributo. No obstante, como culto a la naturaleza, la serpiente pitón tiene un lugar destacado. Si temes a las serpientes, esta religión no es para ti, pues hay templos dedicados a su culto, habitados por una gran cantidad de ejemplares. La serpiente es un elemento que puedes encontrar en la mayoría de religiones del mundo, desde las mayoritarias hasta aquellas más próximas al paganismo.
En los ritos, es habitual que veas que el sacerdote y los practicantes recurren al empleo de sustancias para alcanzar estados de trance, generalmente acompañados de danzas o representaciones. No te asustes si presencias desde grandes ingestas de ginebra hasta el uso de sustancias psicoactivas, pasando por infusiones y consumo de hierbas, porque los participantes buscan la posesión de sus cuerpos por parte de los dioses.
Hay un creciente interés por este culto a cargo de jóvenes descendientes de esclavos africanos, que llevaron la religión a otras partes del mundo, manteniendo viva la cultura y los rituales del vudú. Responde a una búsqueda de identidad propia, que es apoyada por numerosos países que están ayudando a estos familiares de esclavos a volver a su país de origen con una compensación.
Igualmente, puedes interpretar que la práctica del vudú con rituales tradicionales en distintas partes del mundo por parte de emigrados ejerce como un acto de conexión con las raíces, que a veces se presenta como fundamental para mantener el alma en paz.
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